El agua no se puede fabricar, solo se puede encontrar, y después, por regla general, hay que purificarla. Dependiendo de la calidad del agua, existen varias posibilidades de hacerlo. El método de filtración más rápido y rentable en las grandes plantas de tratamiento de aguas residuales es la floculación, que permite eliminar los sólidos en suspensión y la turbidez del agua. Los sólidos se aglutinan para poder ser filtrados en un lecho de grava o a través de otros filtros adicionales necesarios. La floculación no solo aglutina los contaminantes, sino también las impurezas microbiológicas como bacterias, virus y sustancias orgánicas e inorgánicas disueltas, que se adhieren en gran medida a la materia en suspensión contenida en el agua.
Actualmente se utilizan grandes cantidades de sulfato de aluminio en las plantas de tratamiento de agua.
A continuación hablaré del sulfato de aluminio como floculante; un floculante muy reactivo. Los iones de aluminio se combinan con las partículas de suciedad, lo que provoca su floculación y permite que se filtren fácilmente. Las partículas, que ahora son más grandes, son retenidas en los filtros posteriores. Las floculaciones se separan en gran medida y se eliminan mediante diversos procesos de separación de partículas. Con estos procesos de filtrado, normalmente es posible volver a situar el valor del aluminio por debajo del valor límite oficial para alcanzar la calidad del agua potable requerida.
Desventajas del sulfato de aluminio
Pero, aparte de esta ventaja del aluminio, es importante saber que el sulfato de aluminio también tiene importantes desventajas. Si se comparan las regiones en las que el agua se limpia con y sin el uso de sulfato de aluminio, queda patente que no siempre es posible eliminar del agua todo el aluminio, con los medios utilizados actualmente. ¿Qué significa esto?
El sulfato de aluminio se obtiene a partir de materiales que contienen aluminio, utilizando ácido sulfúrico. Cuando está en forma floculada, se hace visible como un gel al que se adhieren las partículas en suspensión. Además de su uso como floculante en la purificación del agua, también se utiliza como agente solidificante en la industria alimentaria con el número E 520, principalmente para el huevo líquido y la clara de huevo. Este agente solidificante se encarga en grandes cantidades para las grandes panaderías y pastelerías.
El aluminio se encuentra en varios aditivos alimentarios. En pastelería se encuentra especialmente en el E-520.
¿Y esto qué tiene que ver con la purificación del agua utilizando sulfato de aluminio? Alimentos que contienen aditivos con aluminio, cosméticos, como coadyuvantes en las vacunas y ahora también en la purificación del agua; esta sustancia se ha convertido en un factor acumulativo tan grande que la ingesta de aluminio se ha descontrolado por completo. Los aditivos E 520-E523, E 541, E 551-E 559 y E 173 contribuyen de forma significativa a la ingesta total de aluminio. El aporte de residuos de aluminio en el tratamiento del agua ha dejado de ser, de repente, una cuestión de hábitos alimenticios o de vida. Por primera vez, a través del consumo de agua esta cuestión nos afecta a cada uno de nosotros en nuestra cultura occidental actual. Se obvia completamente el alto riesgo para la salud asociado al aluminio, dado que ya no es posible prescindir del mismo.
Estudios sobre los efectos del aluminio en la salud
El experto inglés en aluminio Christopher Exley advirtió sobre el aluminio hace ya 30 años (He hablado ya mas a fondo sobre él y su investigación). En aquella época, descubrió que una cantidad de apenas 0,2 mg de aluminio disuelto por litro de agua era suficiente para matar a los alevines en los acuarios. Comprobó que con dosis no letales de aluminio los salmones, por ejemplo, perdían su sentido de la orientación y ya no eran capaces de encontrar sus aguas de origen para desovar. Se sospecha que un fenómeno similar estuvo detrás del escándalo mundial de demencia por diálisis en la década de 1980. En las unidades de diálisis, repentinamente, un alarmante número de pacientes desarrolló demencia poco después de comenzar el tratamiento. Se identificaron dos desencadenantes: el agua contaminada con aluminio utilizada para la hemodiálisis, así como nuevos fármacos que contenían hidróxido de aluminio como principio activo. ¡Hoy en día, el suero de las vacunas para nuestros hijos sigue conteniendo coadyuvantes de aluminio!
Planta potabilizadora de agua. Actualmente muchas utilizan sulfato de aluminio como floculante.
El estudio más exhaustivo y mejor realizado sobre los posibles riesgos del tratamiento del agua potable con sulfato de aluminio se llevó a cabo en la Universidad de Burdeos. Se trata de un estudio observacional en el que participaron 3.777 personas mayores de más de 65 años de 75 distritos administrativos del suroeste de Francia. En un período de ocho años, 253 personas enfermaron de demencia, 182 de ellas con la enfermedad de Alzheimer. Estos datos se compararon con los análisis oficiales del agua potable pública en los respectivos distritos. Existía una diferencia notable en el contenido de aluminio, dependiendo de si el agua provenía de pozos de agua subterránea o de depósitos de agua superficial. La razón de ello era el tratamiento de las aguas superficiales, que generalmente tenían un mayor grado de contaminación y debían limpiarse previamente con sulfato de aluminio. El sulfato de aluminio se sigue utilizando hoy en día en las centrales de abastecimiento de agua. Actualmente la Comunidad de Madrid tiene pendiente la adjudicación de un contrato para 3 años de suministro de 16.800 toneladas/año de sulfato de aluminio para el Canal de Isabel II, por un valor de 8.870.400€ + I.V.A. El precio del sulfato de aluminio debe de haber subido muchísimo en los últimos 10 años, puesto que el presupuesto de la misma Comunidad de Madrid en el año 2005 para 20.000 toneladas anuales era de 1.592.000€ incluyendo el I.V.A.
Conclusiones
El análisis del estudio por distritos residenciales determinó que el riesgo de contraer Alzheimer en áreas con un alto contenido de aluminio de más de 0,1 mg/l en el agua es dos veces mayor que en áreas con agua no contaminada.
La ingesta continuada de aluminio puede aumentar el riesgo a largo plazo de contraer Alzheimer.
La cantidad de 0,1 mg/l es sorprendentemente baja si se tiene en cuenta que con nuestra forma de alimentación actual ya consumimos una media de 2-6 mg de aluminio al día. Aunque comemos cosas diferentes, el agua del grifo de la mayoría de las personas permanece constante durante décadas. Esto facilita la determinación estadística del efecto.
Aunque el aluminio generalmente se clasifica como menos peligroso que otros metales pesados como el mercurio, el arsénico, el plomo y el cadmio, nos encontramos con este metal ligero con mucha más frecuencia. Además, el aluminio absorbido se acumula en el cerebro, los pulmones y los huesos a largo plazo. El principal peligro del aluminio es, por lo tanto, su ingestión diaria y su efecto a largo plazo.
El agua es de una gran importancia porque también nos bañamos y duchamos en ella. Entra en contacto con nuestra piel y también absorbemos los iones de aluminio a través de la nariz y los pulmones con el vapor de agua de la ducha.
Filtración y vitalización del agua como solución
A todo lo anterior hay que añadir una cosa más: los sistemas de descalcificación típicos no son filtros de agua domésticos, simplemente eliminan los iones de magnesio y cal del agua y los intercambian por iones de sodio. Los filtros de agua domésticos en cambio suelen ser bastante económicos. Si aún no tiene un filtro de agua doméstico, hable con su arrendatario, con su comunidad de vecinos y con su pareja. Infórmese mientras aún no tenga síntomas. El grado de contaminación de aluminio solo puede determinarse mediante el análisis de orina o sangre cuando está en forma aguda. Una vez que el aluminio se ha acumulado en el cuerpo, es prácticamente indetectable como tal, a menos que sea expulsado. Solo en el pleno proceso de expulsión es posible detectarlo otra vez en la sangre y en la orina.
Consulte a su naturópata sobre las soluciones para eliminar el aluminio. El silicio, la zeolita o la pectina de manzana y grandes cantidades de agua filtrada, vitalizada y no contaminada pueden ser medidas iniciales importantes. El agua filtrada no le añadirá mas tóxicos y la energía del agua vitalizada le ayudará a eliminar los tóxicos acumulados.
Marion Kuprat